¡¿Bechamel?!
Sí hombre, bechamel...
Ya sé que es una salsa clásica, y que todo el mundo sabe hacerla, más o menos.
La verdad es que yo la hago sin medir, ni pesar, o sea, a ojo. Y luego voy añadiendo leche si ha quedado espesa o un poco de maicena si me ha quedado líquida. Y siempre me digo, ¡Tengo que medir!
Pues eso, os dejo las medidas para una perfecta bechamel, aunque también hay que decir que dependiendo del uso que vayamos a darle tendrá que ser más o menos espesa. No es lo mismo una bechamel para un lasaña, que será bastante líquida, que para unas croquetas que es mucho más espesa.
Salsa Bechamel
(Entre paréntesis os dejo las medidas para hacerla sin medir o pesar, pero tened en cuenta que siempre será "hacerla a ojo")
Ingredientes para 1/2 litro
25 gr de mantequilla (2 cucharadas)
25 ml de aceite de girasol u oliva muy suave (2 cucharadas soperas)
50 g de harina (2 cucharadas soperas muy llenas)
1/2 l de leche entera, puede ser semi, pero aviso que no es lo mismo (2 vasos)
Una pizca de nuez moscada
sal
pimienta blanca
Elaboración
Calentamos la leche en el micro o en cazo.
Mientras, ponemos en una olla el aceite con la mantequilla a derretir.
Cuando está caliente, echamos la harina y damos vueltas con una varilla cuidando que no se queme.
La harina tiene que quedar hecha pues de otro modo la bechamel sabrá a harina.
En este momento incorporamos la leche hirviendo con cuidado de no quemarnos con el vapor que subirá. Movemos con la varilla sin parar. Si la leche estaba bien caliente, la bechamel ya habrá espesado y nos quedará sin un grumo. Incorporaremos un poco de sal, pimienta y nuez moscada, a ser posible, recién molida y seguimos dando vueltas un minuto, antes de retirar del fuego.
Sé que mucha gente piensa que hay que echar la leche poco a poco, remover y remover, seguir echando leche, y aún así pueden quedar grumos. Pues no. El método para que no queden grumos es echar la leche muy caliente sobre la harina ya frita. Si no lo hacíais así, probadlo y ya me contareis.
Estas cantidades son perfectas para utilizar la bechamel para un napado o gratinado, como el de la coliflor que os dejo a continuación.
Si quisiéramos utilizarla para una lasaña, usaríamos 10 gr menos de harina en la elaboración.
En cambio si fuésemos a hacer croquetas, añadiríamos 10 gr de harina y 10 de mantequilla más.
A muy pocos nos gusta una triste coliflor al vapor...
La pobre coliflor |
Pero, ¡Cómo cambia la cosa si añadimos un poquito de bacón...!
Al rico bacón |
Napamos con bechamel...
Y un poco más de bacón |
Le añadimos un poco de queso rallado y al horno a gratinar.
¿Dónde está la pobre coliflor? |
El secreto para que una verdura gratinada nos quede bien, está en hacer una cocción al vapor y dejar la verdura al dente, que tenga la menor agua posible.
Pues eso, ¡Qué no solo de cupcakes vive el hombre!
Un besazo a tod@s mis aprendices de cociner@.
Y mañana, galletas... ¡No os lo perdáis!
Que rica, a mi me pasa lo mismo, cocino a ojo y luego para publicar tengo que andar midiendo cantidades jajaj ;)
ResponderEliminarSí, me parece que nos pasa a todas y luego, hay recetas, sobre todo de repostería, que aunque las haya hecho 20 veces, tengo que mirar siempre las cantidades...jajaja:)
ResponderEliminarUn beso
Susana
Ummmmm esa coliflor me la comía yo ahora mismo!!! Es que parece una rica Lasagna en vez de coliflor....y todo por esa deliciosa bechamel!!!!
ResponderEliminarDos cosas:
ResponderEliminar- Odio la coliflor, pero la de las fotos me la comería.
- en esta entrada he descubierto por qué no me queda bien la bechamel... ¡No cocino la harina (y sabe a ídem)!
MJ
Y si en vez de coliflor, lo mismo, lo mismo, pero con espinacas (qué sí te gusta, eh?)
EliminarMe alegro de que te haya sido útil la entrada...
Una beso
Susana