Ensalada de espinaca con queso de cabra y vinagreta de frutos rojos


 Hoy traigo una ensalada que probé hace un tiempo en un restaurante y hoy día forma parte de mi recetario clásico, tantas veces la he repetido, unas veces adaptando los ingredientes a lo que tenía en casa en ese momento y otras probando a cambiarlos buscando otros sabores.



Ingredientes
Una bolsa de espinaca baby, lista para tomar
100 gr de panceta curada o bacon
150 gr de queso de cabra de rulo
5 mitades de pera en almíbar o 2 peras frescas
Un cucharada de piñones
Un puñadito de nueces o avellanas
Daditos de pan frito
Aceite de oliva
Vinagre de modena
Sal y pimienta
1 cucharada de mermelada de frutos rojos con trozos

Elaboración:
Primero preparamos la vinagreta con un poco de mermelada de frutos rojos con trozos, la sal y la pimienta, un poco de vinagre de Módena y aceite. Emulsionamos un poco y reservamos.
Ponemos en un plato de servicio una base de espinaca baby cruda (también está buenísima con rúcula).
Llevamos la panceta o el bacon cortado en tiras finas a freír con unas gotitas de aceite hasta que esté dorado. Reservar caliente.
Cortar el queso de cabra en láminas, que es mejor que lo tengamos a temperatura ambiente, una hora antes de servir la ensalada, con un cuchillo afilado y caliente (para esto podemos servirnos de un vaso de agua caliente y tener el cuchillo dentro un minuto para calentar la hoja).
Colocar las láminas de queso y colocar sobre las espinacas. (Podemos sustituir por lascas de queso Parmesano, ummmmm).
Seguidamente cortamos la pera en trocitos no muy pequeños y colocamos por el plato.
Repartimos el bacon caliente sobre la ensalada.
Finalizamos con unos frutos secos, las nueces o avellanas picadas y los piñones enteros y unos costroncitos de pan.
Ahora regamos con la vinagreta y servimos para degustación.


Espero que os guste tanto como a mi.

Para la próxima entrada, ¿os apetece algo dulce? A mí ya se me está ocurriendo algo que me tomaría después de esta ensalada...

No os lo perdáis. Feliz finde...


Sandwich de pollo con Camembert e higos confitados

Siento pasión por los quesos en general, por los españoles, los suizos, los franceses, los italianos... cada uno tiene un encanto especial. Hay un queso para cada ocasión y una ocasión para cada queso. Y ¿qué me decís de las muchas combinaciones que podemos hacer?
El Manchego con un tinto con cuerpo.
El Cabrales con nueces y pasas
El Gruyère con manzana
Y el cammembert con higos.
La lista es infinitamente larga y podríamos estar aquí todo el día. Seguro que vosotros tenéis alguna sugerencia, soy toda oídos...

La primera vez que probé el Cammembert con higos tenía 19 años, fue en Perpignan, hace casi 20 años y lo recuerdo perfectamente. Había una fromagerie pequeñita abarrotada de quesos hasta el techo, en la misma calle del apartamento donde nos alojábamos, en el caso histórico.
A esa edad todo te parece maravilloso. Para desayunar nos servían croisants recién hechos, mantequilla (no he vuelto a probar otra igual) y mermelada de fresa, en una mesita redonda pequeñita. Lo tengo grabado en la memoria como la escenificación del lujo, ese lujo sencillo que es más un sentimiento que una realidad.
Cuando pasaba delante de la fromagerie, me quedaba siempre un instante, admirando los quesos, embriagada por el aroma que desprendían. Uno de esos días, salió el dueño, con su delantal blanco, nos invitó a entrar y nos ofreció un trozo de camembert, untado en un pedazo de baguette crujiente con un poco de higo. Me pareció lo más delicioso que he probado nunca y así lo he guardado en mi memoria junto con los croisants recién hechos y la desvencijada escalera de los apartamentos.
Cuando me siento axfisiada por la rutina y quiero revivir aquellos años sin preocupaciones, me preparo este delicioso sandwich, muy sencillo pero riquísimo.


Los ingredientes que necesitas son:
Un par de rebanadas de pan o un trozo de bagette
Un poco de lechuga
Aceite y sal
100 gr de pechuga de pollo o pavo fileteada
50 gr de queso Camembert
1 o 2 higos frescos o confitados

Asar los filetes de pechuga. La sartén debe estar muy caliente cuando echamos la pechuga, para sellarla y que nos quede dorada por fuera y tierna por dentro.
Fuera del fuego, ponemos dos trocitos de Camembert sobre la pechuga para que vaya tomando temperatura pero sin derretirse del todo.
Montamos el sandwich poniendo unas hojas de lechuga, en mi caso era hoja de roble roja, queda muy bien con rúcula, le aporta un toque ligeramente picante muy interesante. Sazonamos.
Ponemos encima los filetes de pollo con el Camembert y los higos.
Ya lo tenemos preparado. El higo lo hace muy jugoso pero si no os gusta, podéis probar con un poco de mermelada de frutos rojos. (A mí tampoco me gustaba el higo hasta que lo probé con Cammembert)
                                                                                                                                                                     

Confitura de higo

Hacer confitura de higo se convierte la mayoría de las veces en una necesidad, sobre todo cuando llega alguien con una cesta llena de higos porque su higuera está a reventar y sabe que a ti te gustan. Y a ti te gustan, pero no para desayunar, almorzar, comer, merendar y cenar...
Lo mejor en estos casos, después de comerte unos cuantos con unas rosquilletas, es hacer confitura, así tendrás para unos meses, que está genial con queso, con carne roja, incluso con aves.
A mí me gusta lavarlos, cortarlos por la mitad  y más o menos con el mismo peso de azúcar que de higos ponerlos en un cazo y a cocer con el zumo de medio limón hasta que se vaya consumiendo el agua que ellos mismos van soltando. No hago conserva, prefiero congelarla en botes pequeñitos e ir sacando a medida que los necesito, pero eso depende de la cantidad que hagamos y la capacidad del congelador.
Si os apetece hacer conserva, ya os dejé en la mermelada de mango un enlace a una entrada magnífica de velocidad cuchara, y también deberíais ver la entrada sobre cómo hacer confitura de Bajo una nube de azúcar glas, es lo más completo que he visto en años.
                                                                                                                                                                   



Este sandwich está buenisimo caliente o frío, por eso es perfecto para una cena rápida o para llevar a un picnic.
Podéis ver más propuestas de cosas deliciosas para llevar a un picnic en el sorteo del mes de agosto de La cuinera, en el que participo con esta entrada.

Feliz finde y hasta la próxima entrada


Descansar en Valencia

Adoro mi ciudad.
Y no tiene nada que ver con un sentimiento patriotero.
Adoro pasear por el casco histórico, disfrutar de sus calles y sus fuentes, su mercado, la catedral, sus plazas y sus edificios singulares, algunos de ellos, muy maltratados por una política urbanística sin criterio, orientada a satisfacer un turismo de sol y playa, que poco tiene que ver con los que vivimos aquí. A pesar de esto es adorable sentarte en alguna de sus plazas a descansar.

Adoro la luz de mi ciudad, la luz del amanecer, la del mediodía y la del atardecer, sobre todo, la del atardecer.
Adoro sus arenales blancos y eternos en su playa generosa, que nos regala mañanas bañadas de un sol brillante y dorado.

Es por esto que decidí apuntarme a la iniciativa de Mi Dulce de Melocotón, Blogger Traveller. Aunque se aleja de la temática de mi blog, mostrar mi ciudad, tal y como yo la veo, es algo que me apetece mucho, pues estoy convencida de que la ciudad en la que nacemos, el aire que respiramos, el mar que nos baña y la luz que nos ilumina es parte de nosotros, nos moldea, nos hace ser quienes somos...

La palabra que ha escogido Paty para el mes de agosto es "Descanso", por razones obvias, supongo.
Yo soy de poco descansar. Mis vacaciones ideales son patearme cualquier ciudad europea hasta que no me quede una baldosa por pisar.

Pero cuando me apetece ir a algún sitio a no hacer nada, me voy a la playa.

¿Con cual me quedo?
¿Derecha o izquierda?












¿Pescar o descansar?
Hay otro sitio, que tengo a solo 5 minutos de casa, andando, que es genial para ir a descansar, a jugar con los niños o para hacer deporte, el antiguo cauce del río Turia, ahora convertido en una grandioso parque que atraviesa la ciudad

Podéis visitar otras ciudades aquí.

Estaré por aquí muy pronto con una propuesta culinaria.


Muffins salados. Cómo se hacen. Receta básica. Consejos para hacer tus propias recetas y "muffins mediterráneos"


¡Cuánto juego te pueden dar unos muffins salados! Sirven para una merienda de celebración, para un picnic, para el almuerzo en el trabajo, como aperitivo con una cervecita, para llevar a la playa... Además se pueden hacer tan variados como nos imaginemos, con ingredientes que nos gusten, como el roquefort y el puerro de aquí o que nos evoquen recuerdos como hice aquí con  los muffins de sobrasada y queso de cabra, o temáticos como los muffins mediterráneos de hoy, o mezclar dulce y salado como hice aquí con los de bacon y manzana caramelizada.
Tengo una prima, que tiene un gusto exquisito para todo lo que hace, por supuesto, para cocinar también, hace unos muffins salados riquísimos, los llama "muffins de lo que tengo en la nevera", todos los que he probado están para empezar y no parar.
Podéis hacer muffins de los que queráis y solo hay que tener en cuenta un par de detalles, la receta básica y qué cantidad de ingredientes a nuestra elección podemos poner para que salgan bien. Con un poco más de experiencia, podréis cambiar hasta los ingredientes base. Vamos allá.

Receta base para muffins salados (para 10 o 12 unidades)
250 gr de harina
2 Tsp de levadura (más o menos son 2 cucharaditas de postre)
1/2 Tsp de bicarbonato (1/2 cucharadita de postre)
1 pizca de sal
1 pizca de pimienta
1/2  cucharadita de ajo en polvo (opcional)
1 cucharadita de cebolla en polvo (opcional)
60 ml de aceite
1 huevo
250 de leche o yogurt
250 gr aproximadamente del ingrediente/s elegidos

Cómo se elaboran:
Su elaboración no puede ser más fácil y rápida, ni amasado ni reposo, solo mezclar los ingredientes por el siguiente orden y al horno.
Lo primero, encendemos el horno a 160º si es eléctrico con ventilador o 170º si es un horno eléctrico sencillo. Si es un horno a gas, probablemente lo tengáis que poner a 150º o 160º y luego bajarlo un poco. Los que tenéis hornos de gas, ya sabéis como funcionan, jajaja...
Tamizamos la harina con la levadura y el bicarbonato. Añadimos sal, pimienta, ajo y cebolla en polvo y reservamos.
El siguiente paso es batir el huevo y añadir el aceite y la leche.
Después mezclamos los ingredientes secos con los húmedos, es decir, la harina con el huevo, el aceite y la leche. Mezclamos con espátula, sin batir ni trabajar para que no nos quede una masa seca.
A continuación añadimos los ingredientes elegidos para dar sabor a nuestros muffins salados. Mezclamos suavemente y ya tenemos preparada nuestra masa.
Preparamos papeles de hornear muffins o engrasamos el molde si no ponemos papel.
Llenamos los moldes hasta 3/4 partes de su capacidad e introducimos en el horno.
Hornear durante 20 minutos o hasta que estén cocidos.
Sacamos del horno. Dejamos enfriar 5 minutos en el molde antes de transferir a una rejilla para dejar enfriar completamente. Se pueden tomar tibios, están riquísimos.
Se conservan bien en la nevera uno o dos días, aunque como mejor están es recién hechos. Se les puede dar un golpe de horno antes de tomarlos para que estén calentitos.
Podemos incluso congelarlos, aunque no creo que os sobren.

                                                                                                                                                                

Consejos:
En cuanto a los ingredientes base, se puede poner todo leche o mitad leche mitad yogurt o todo yogurt, también podríamos poner nata de cocina o leche evaporada. En el caso de poner nata o leche evaporada os aconsejo que los ingredientes que escojáis para vuestros muffins personalizados no sean grasos, tipo queso, salchichas, sobrasada, etc... porque solo conseguiremos añadir más grasa. Resumiendo: si vuestros ingredientes son verduras, pescados, pollo... podemos poner nata, en vez de leche, os dará jugosidad. Pero si vuestros ingredientes son grasos, embutidos, frutos secos o quesos, os recomiendo leche o yogurt.

Sobre la harina, podéis sustituir por harina integral o una mezcla de ambas, o jugar con otras harinas, hay muchas donde elegir. También podemos sustituir una proporción de harina por copos de avena o por almendra, la cuestión es probar y comprobar el resultado.

En cuanto a las especias, ¡a vuestro gusto! Curry, orégano, guindilla, nuez moscada, cardamomo, canela, jengibre, pimienta rosa...

Una cuestión más, si vaís a poner verduras, muchas de ellas agradecerán un salteado previo en la sartén, la cebolla, el pimiento, la zanahoria, el puerro... las cortaremos en trocitos pequeños antes de saltearlas, por una parte porque son verduras que quizá necesiten más cocción que los 20 minutos en el horno para quedar tiernas y por otro lado, salteándolas conseguimos que pierdan parte del agua que podría terminar por aguarnos el muffin.

Sobre los moldes, estamos hablando siempre de muffins y entendemos que vamos a hacerlos en un molde para que nos queden redonditos, pero podéis cambiarlo siempre que queráis. Podéis hacer un solo muffin gigante o en un molde cuadrado hacer una especie de coca, o en molde de puding y servirlo a lonchas como un pan de molde. ¡Imaginación al poder!
                                                                                                                                                               



Lo mejor es que experimentéis con ellos, unas veces os gustará más el resultado y otras menos, pero la cuestión es divertirse en la cocina. ¡A por ellos!

Muffins Mediterráneos

 

Ingredientes
125 gr de harina común
125 gr de harina integral
2 Tsp de levadura
1/2 Tsp de bicarbonato
1 pizca de sal
1 pizca de pimienta
1/2  cucharadita de ajo en polvo (opcional)
1 cucharadita de cebolla en polvo (opcional)
Un poco de tomillo fresco
60 ml de aceite (he usado el aceite de oliva de las anchoas y un poco más hasta los 60 ml)
1 huevo
125 ml de leche
125 ml de yogurt blanco
60 gr de anchoa picadita
100 gr de aceitunas negras cortaditas en lonchas
100 gr de tomate seco picado fino
Algunas anchoas y aceitunas enteras para poner encima

Procedéis exactamente como os cuento arriba.
Primero batir el huevo con el aceite, la leche y el yogurt, añadir los ingredientes secos con las especias y por último anchoa, aceitunas y tomate seco picado. A los moldes y al horno. Y ya está.

No me olvido de los muffins dulces, tan ricos... pero eso será otro día. Hoy vamos a disfrutar de estos muffins salados. ¿Y  vosotros, qué sabor vais a dar a vuestros muffins?







Helado de turrón

El helado de turrón es el clásico entre los clásicos, si olvidamos el de vainilla o chocolate es el que más veces he tomado. Además es el helado favorito de los catadores a los que no les gusta probar helados raros, que dicen ellos. Con un helado de turrón seguro que aciertas, gusta a niños y a mayores a partes iguales y encima si lo haces en casa, puedes aprovechar para reciclar esas tabletas que se quedaron en Navidad.
Lo ideal creo que es hacerlo con turrón del blando o de Jijona, pero de ese nunca sobra en mi casa. Este año ha sobrado bastante del duro y polvorones. Así que me he tirado a la piscina y lo he hecho con turrón del duro y ha sido un exitazo. Mi marido (que es de los que no gustan de helados experimentales), se lo ha comido en un visto y no visto. Gracias que me dejó hacer antes unas fotos.


Como siempre os digo, aunque yo suelo hacer los helados con heladera, se pueden hacer sin ella con resultados muy buenos.

Para hacer este helado necesitamos:

300 gr de turrón duro o blando
120 ml de leche
500 ml de nata culinaria espesa (15% MG)
50 gr de glucosa (podemos sustituir por 50 gr de azúcar)

Partir el turrón en trozos con la manos y poner en un cazo con la leche y la glucosa o azúcar. Lo calentamos sin que llegue a hervir o ponemos al baño maría, para que se deshaga el turrón. Mezclamos hasta que esté todo integrado y cuando tengamos una pasta, trituramos con un turmix.
Si lo preparáis con Thermomix
1º. Pulverizamos el turrón.
2º. Añadimos la leche.
3º. Ponemos a 100º durante 10 minutos, velocidad 3
Una vez tengamos la masa de turrón con el método elegido, añadimos la nata, no importa que tenga trocitos de almendra, mejor, lo dejamos enfriar y pasamos a la nevera para que esté bien frío antes de meter en la sorbetera o lo metemos al congelador si lo hacemos sin ella. Sacamos cada media hora para batir hasta que esté congelado.  Pincha aquí para ver la explicación más detallada del proceso.



Es aconsejable sacar el helado 10 minutos antes de degustar, a temperatura ambiente. El helado casero siempre es más duro que el de compra, aunque no es una mala señal, eso quiere decir que no lleva grasas hidrogenadas.
Ya sabéis, ¡a hacer mucho helado casero! No tener heladera no es excusa, aunque tampoco veo excusas para no tener una. Es de los "trastos de cocina", que más satisfecha estoy de haber comprado.
Si queréis echar un vistazo al resto de helados que he preparado últimamente, los podréis encontrar fácilmente en el Recetario dulce.

Pues nada, ya se me han acabado las vacaciones, y además trabajo el fin de semana... pero vosotros, que lo paséis fenomenal, los que empiezan la vacaciones y los que solo disfrutáis del finde.


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